Organizado por los cuatro hombres de Antoni Tàpies, que en diciembre celebraron el centenario de su nacimiento, el Mobile World Congress (MWC) tomó su lugar en su historia con la tradicional comida previa al inicio del congreso, que empezó esta luna y Esperamos reunir a los jóvenes con más de 95.000 visitantes en las instalaciones de Fira de Barcelona y Hospitalet de Llobregat. Representantes del mundo político, económico, tecnológico y emprendedores acudieron a la Fundación Antoni Tàpies para dirigir los motores de un congreso que tuvo lugar en Barcelona hace 18 años, cuando lo más innovador eran dispositivos como los móviles de Nokia, y se ha celebrado cada año —a excepción de 2020 por la pandemia— hasta convertirse en un encuentro donde los móviles han sido protagonistas de la robótica, la inteligencia artificial o el 5G red. El sector del MWC también se explica por las intenciones de participar en el congreso de la ciudad y posicionar Barcelona como hub de innovación. “Creamos la tecnología como motor de progreso”, afirmó Francesc Fajula, director de Fundación Mobile World Capital.
Para la cocina fueron nombrados el conseller de Transformación Digital y Función Pública, José Luis Escrivá, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y en el último momento también el organizador del MWC, John . Hoffman, figura visible del jefe de la industria móvil GSMA. Todos ellos dieron el salto adherente que dio la capital catalana a la innovación hace 18 años, y la ponencia que celebró en ella el congreso de móviles. «Cuando vivimos en Barcelona, este ecosistema no existe», dijo Hoffman. Fajula devastó “el ineludible potencial futuro que posee la ciudad” y contó con el apoyo de un “usuario humanista de tecnología” que ayuda a abordar los aspectos económicos, sociales, económicos y de viabilidad del progreso asociado.
Collboni, que asiste por primera vez a esta edición del congreso como alcalde, pidió marcar un punto ahí y un nuevo comienzo con los años anteriores -es lo que ocurre en el equipo de gobierno en legislaturas anteriores-: “Barcelona ha vuelto. Tener visión de compartir y competir”. Collboni expresó que la capital catalana “es el lugar donde hay un proyecto tecnológico, si se quiere formar o si se quiere revertir”, y destruyó el papel que sujetaba la Mobile World Capital –que organizó esta reunión previa al congreso– para “hacer de Barcelona un auténtico centro de innovación”. “El objetivo es crear placer y generar empleos con valor agregado, y lo vamos a seguir”, dijo al alcalde.
En sus intervenciones, tanto Escrivá como Aragonès se refirieron a la trayectoria de Antoni Tàpies. «Era una Barcelona universal, y ese es el espíritu que también tenía el MWC», afirmó la ministra, que también lanzó un llamamiento para afrontar un punto de vista regulatorio sobre todos los avances tecnológicos que tienen un impacto en la sociedad: «Nosotros Necesitamos un gran consenso para decidir entre todos dónde tenemos los límites de esta tecnología que se transformará”. Aragonès citó una frase del artista, “El mundo solo avanza si lo usamos”, para ayudar a aliviar el papel transformador de la tecnología y el congreso: “El impulso del sector tecnológico es una fuerza estratégica del país, como es el caso de el país. la reindustrialización de Cataluña, que debe ser digital. Hoy puedo anunciar que el presupuesto de la Generalitat tenderá por primera vez a más de 1.000 millones de euros dedicados a la innovación, la investigación y el desarrollo», afirmó el presidente, que hoy no aseguró esfuerzos políticos para apoyar las cuentas de 2024.
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