Euroliga tiempo de día diez
Jugaste con fuego hasta la final con el equipo de Dusko Ivanovic y lo conseguiste. Partiendo de ese intangible que designa al personaje Baskonia, consiguieron los vitorionos alargar su agonía hasta la final, mantener vivo el partido frente a las dificultades que encuentra e incluso sonar con el milagro cuando Howard, al cabo de 11 segundos, y tras un Mucho sufrimiento, anotó un triple que empató el partido, pero el destino estuvo acorde con quien lo hubiera acertado en ese momento y en la última parte, el Mónaco levantó el choque en la primera carrera de la Euroliga tras la llegada de Ivanovic.
El equipamiento local cuesta mucho más que los caminos a la costa de Mónaco. Andaban incomoda a los jugadores vitorianos, jugando siempre a la victoria ante el tesón de los monegascos, asegurando el control del balón, minimizando errores y pérdidas y convirtiendo en un bosque impenetrable de manos, el acceso a su canasta, defendida ferozmente por Brun. Moneke no tiene el poder de realizar magia, ni tampoco Howard la apuesta. Sedekerskis, el chic para todo, subía y bajaba haciendo recados, pero sin beneficio. No está la tranquilidad que se jugaba Miller-Mcintyre al regresar al Baskonia, apurado y potenciado ante la buena defensa del Mónaco, indefenso ante los triples de James, que convirtió en un martillo que machacaba la canasta vitoriana, y Diallo.
El inicio de la segunda parte fue un ejercicio de impotencia del Basconia, que habitualmente se caía con una venta mínima (36-35). Un parcial de 10-19 distancias con el conjunto visitante, pero hizo aparecer a Howard en grandes noches para volver al equilibrio (54-54).
Mientras el Baskonia se iba a los ratos, y otra vez, había diferencia entre el Mónaco y su inconcebible (62-73) tras un triple de James. Pero el equipo de Ivanovic es el mismo, y ahí están todos los problemas, las diferencias que hubo cuando el equipo de Príncipe se sumó a la fiesta. Un triple de Marinkovic (70-73), supo plasmar un triple disparo, cuando mejor funcionaba para la defensa vitoriana y para el ataque monegasco.
En su segunda aparición, Howard se comprometió a tomar partido y buscar el proyecto. Sin embargo, la fiesta no se detuvo. Un lanzamiento de James en el último partido, un disparo al aire, y Blossomgame voló desde entonces, a modo de gol, para machacar la canasta baskonista y ganar el partido al cabo de dos segundos. Ya había sucedido que apuesto a que estaba pasando de principio.
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