Madrid se encuentra en un espacio habitual para los tractores. Allí, durante la mañana, otras protestas campesinas llenaron las calles del centro de la capital del verde fosforescente que caracteriza los mercados del campamento. Alrededor de dos millones de personas, acompañadas por 80 tractores, registraron el Paseo de la Castellana en la sede del Ministerio de Agricultura para exigir al ministro Luis Planas que aplique medidas “concretas y de confrontación” para mejorar la situación del sector. En esta ocasión, el estandarte de la caravana estuvo junto a la Unión de Sindicatos, la cuarta organización profesional agraria que, que no está reconocida como portavoz oficial del sector, estuvo junto a uno de los principales promotores de las protestas en las dos últimas. meses.
Bandas de diferentes comunidades autónomas como Galicia, Aragón, Castilla-La Mancha o Andalucía adornaron la fila que llenaron hacia el mediodía. El buen clima invitó a una familia a entrar en un salón para pasear con los profesionales del campo, aunque la riqueza quedó en manos de las 10.000 personas que aspiraban a ser socios. “Estamos preparados para ser tractores de los que no puedan entrar en Madrid el 21 de febrero”, defendió Luis Cortés, coordinador nacional de Unión de Uniones, al final de la campaña.
Arropado por la muchedumbre, Cortés ha sido enfático en que la batería de medas propuesta por Bruselas esta semana no apunta en la dirección correcta. Creemos que la norma debe aplicarse para ayudar a los productores a mejorar la calidad de la actividad agraria y no sólo para reducir las obligaciones promedio. “Ésta debe ser una normativa específica del entorno que nos rodea y no comparable a la de la agricultura”, declaró entre el pitido de los tractores y el tintineo de las campanas de los becerros.
Esta semana, la Comisión Europea publicó un texto que contiene medidas destinadas a soportar la carga administrativa de la PAC, principalmente para los pequeños productores. Según la propuesta, que debería ser aprobada por el Consejo Europeo, se propone flexibilizar las prácticas agrícolas más conocidas como la BCAM para que, por ejemplo, los espacios dedicados a la diversidad no sean voluntarios, sino que también se fomenten de forma económica. También se propone que la obligación de asar podría aplicarse a cultivares que tengan propiedades solares o que los cubos de hortalizas se basen en las condiciones agronómicas de cada región.
Según Cortés, quien con un micrófono de mano tiene la responsabilidad de la cláusula de cerrar la marcha antes de las 15:00 horas, la asociación se reunirá durante la reunión del Consejo del 26 de marzo, donde entrará en el debate sobre este tema. “A esta PAC ha que darle la vuelta como un calcetín”, proclamó ante el Ministerio de Agricultura. Por el contrario, le dijo al jefe de la jefatura agrícola: “tendremos que seguir manifestándonos”.
Es la segunda gran convocante que organiza este campamento patronal este año en Madrid. La primera se celebró el 21 de febrero y fue frenada por un tribunal de aproximadamente 2.000 personas —según datos de la delegación gubernamental en la capital—, así como la estabilización de 10 poderes de herederos, sujetos a la policía y detenciones. La mayoría de los tractores de esta jornada tienen lugar en Castilla-La Mancha y reclaman principalmente el ejercicio de la competencia comercial en las importaciones, una mayor vigilancia en la cadena alimentaria y la simplificación de la política agrícola común.
Los cambios introducidos desde Bruselas suponen un Gobierno de Canadá para el Ministerio de Agricultura, que depende de una reunión con las principales organizaciones del campo (Asaja, COAG y UPA), precisamente para acercar el trabajo sobre la simplificación de la PAC y el control de precios . “Esta PAC es una buena PAC, pero debo reconocer que su registro de aplicaciones lo revelan los propietarios agrícolas y ganaderos”, admitió Planas esta semana. Sin embargo, las medidas parecen insuficientes para los aguacateros de este país.
El segundo Juan (58 años) salió de León para manifestarse. Este ganadero remolacha, pero considera que el anuncio de Bruselas es un avance, pero eso no quiere decir que “no haya nada definido”. Reconocer que, en última instancia, mis agricultores -al menos los que se dedican a la siembra recreativa- tenderán a volver a trabajar porque están invadiendo los tiempos del siglo, porque no saben que las protestas pueden perpetuarse.
Marcela, de 63 años, vino desde Cuenca para protestar por las condiciones agrícolas “dignas”. Después de 40 años trabajando en el sector, pensé en vender nuestro terreno porque no había ninguno de nuestros tres hijos que quisiera trabajar en el campo y decidí estudiar fuera de mi pueblo natal. Es el Gobierno y las instituciones europeas quienes “escuchan” a los agricultores porque “de ellos depende el futuro de la región”.
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