Italia ocupa el segundo lugar detrás de España en el ranking de la UEFA. Otras clasificaciones nos permiten pasar por piedra blanda. Pero es interesante ver cómo la Serie A, poco a poco, fue ascendiendo desde su país hacia los peores momentos de la mejor liga del mundo (gloriosos años 90), para transformarse hoy en una competición relativamente igualada, entretenida y con el control del gas. Impuesto por encima de los sueños y los delirios de los grandes empresarios que les llevaron a pegarse la fiesta padre. Los Cragnotti, Berlusconi o Moratti empujaron o vendieron los palos después de comprar todas las estrellas que caminaron en el gabinete. Hoy no hay rastro de un Batistuta, un Totti, nada parecido a Kaká o un goleador de la clase y eficacia de Van Basten o Weah. Y es lo mismo. El Inter es temporal, el año que pasó por el Nápoles y el que llega al Milán. La próxima vez, por primera vez, la Serie A tendrá cinco equipos como campeones.
La diversión, tras los mayores gastos, se produce ahora en los banquillos, donde confirma una importante renovación. La Juventus logró desesperar a Massimiliano Allegri con el fundado argumento de un comportamiento violento y fuera de todo esquema de elegancia del equipo. Vecchia Signora al final de la última final de la Copa de Italia contra el Atalanta (acordó fichar con su director deportivo). De la misma manera, sólo quedaba una excusa para dar una voltereta a una nueva generación de técnicos. Daniele De Rossi en la Roma, donde salió por poco tiempo para sustituir a Mourinho, hizo un gran trabajo (lo que hizo que la vida del portugués le atacara de vez en cuando). También están Cannavaro, en el Udinese, y Thiago Motta en el Bolonia, que consiguió el milagro, colocando al equipo tercero, de la Juventus, con un juego agresivo y eficaz con el que venció para el equipo de Turín. El gran atractivo del año que viene, sin embargo, será una especie de Arenys de Mar que decidirá el día en que cantamos La oreja de Van Gogh En el programa de Samantha Villar, ella tiene el personaje de un demonio y está revolucionando un pequeño pueblo del norte de Italia al contemplar uno de los lagos más bellos del mundo.
Cesc Fàbregas tiene 37 años y no necesita plantear el carné definitivo del emprendedor, pero sí es la nueva sensación de Italia. Y no fue sólo porque lo hizo en Como 1907 que se encontró como jugador para disputar los últimos minutos de su carrera en la Serie B italiana, sino como lo registró. Los videos de nuestros discursos, en serio, se volvieron virales en las redes sociales. Además, durante su celebración en el vestuario tras seguir el ascenso ante el Venecia, se anunció que pagaría un viaje a Ibiza para plantarse, y como se habían comprometido a conseguir el objetivo. Un gesto que el equipo no seguía desde hacía 21 años y que mereció con creces ganar en el campus creado en La Masia.
Cesc y Thierry Henry, viejos compañeros de este maravilloso Arsenal que no ha hecho nada, son accionistas del equipo lombardo, propietario del ayuntamiento de Ihermanos Michael y Robert Hartono. El contratista oficial es el galé. Osian Roberts, un simple trámite para resolver el problema de la licencia de fábrica. Y fue gracias a ellos que Cesc siempre fue un talento valioso para quien se ocupaba de la vida fuera de casa porque tenía un hombre, Xavi, que hacía la proyección. Como si la historia se repitiera, será un buen día para visitar el lago y los Alpes, ya que estará disponible para ir a Motta, al centro de la ciudad, para estar en casa por mucho tiempo con alguien que Pasa tiempo en el armario.
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