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Parcialidad en España: otro artista de la precariedad profesional | Negociaciones

Parcialidad en España: otro artista de la precariedad profesional |  Negociaciones

El trabajo a tiempo parcial es un acuerdo contractual que implica trabajar menos horas que las estipuladas por acuerdo para la jornada de tiempo completo. La jornada parcial es una medida de flexibilidad laboral que, en principio, puede beneficiar tanto a las empresas (ajustando los horarios del contrato a las necesidades de producción) como a las personas que trabajan (facilitando la compatibilización del empleo con la formación, los cuidados o simplemente ofreciendo mayor tiempo de ocio). Si el objetivo es que el colectivo de trabajadores se beneficie de esta medida, la jornada parcial debe ser voluntaria, y este es precisamente el espíritu de la Unión Europea, que publicó una directiva en 1997 que aborda periódicamente esta modalidad contractual para fomentar su utilización de forma exclusivamente voluntaria para el trabajador. Este espíritu parece haberse colocado en lugares como Países Bajos, Dinamarca o Alemania, donde más del 90% de las personas que trabajan en la modalidad laboral en un momento dado lo hacen de forma voluntaria. Sin embargo, en España tenemos muchas leyes con las que encontrarnos en esta situación si atendemos a los datos que nos llevan a la búsqueda de una persona activa que se acerca al Instituto Nacional de Estadística, que resultará ser la mayor parte de la misión de las personas con un empleado de jornada parcial establece que se realizó para no poder cumplir con un trabajo de jornada completa. Se trata de una afirmación clara de que la participación en España es mayoritariamente involuntaria para las personas que trabajan para el usuario, y se utiliza principalmente para garantizar la flexibilidad a las empresas, lo que impone una limitación en la jornada laboral de la que se benefician exclusivamente. Otro dato importante a mencionar es que la mayoría de las personas que se encuentran en una situación de participación involuntaria de sus esposas.

Dado el alcance del uso de la participación de forma independiente por parte de las personas que trabajan, ya que Iseak desarrolla, en colaboración con el Departamento de Trabajo y el Empleo del Gobierno Vasco, un estudio especializado en el fenómeno de la participación que permite, en primer lugar, escuchar quién y en qué sectores y profesiones se utilizan y, en segundo lugar, abordar la brecha de género en el uso de la parcialidad. Resultados preliminares indican que la parcialidad en nuestro país no es una dimensión más de la precariedad laboral, pero también es muy involuntaria, en general se asocia a una alta temporalidad y bajos salarios por hora. Así, poco a poco, en un estudio anterior, demostramos que la baja intensidad laboral no tiene ningún efecto sobre la precariedad actual, aunque ya esté en marcha en trabajos futuros, lo que permite conocer el efecto del cigarrillo. Estos despidos derivan en malas condiciones laborales que hacen a la persona parte de la dualidad del trabajo, luego arraigada en nuestro país: la extranjerosque son personas con una alta rotación en el empleo, bajos salarios y, por tanto, baja estabilidad y protección laboral, además de que, como en este estudio documentamos, trabajan menos horas de las que las gustarias.

Además, como describimos, el fenómeno de la paridad que no quiere tener mujeres depiladas puede existir en España prácticamente un millón de mujeres que trabajan en una jornada parcial de forma independiente, entre 340.000 hombres. Esta asimetría en el grado de participación tiene importantes consecuencias en la pérdida de ingresos del empleador, que puede no deberse a la diferencia de jornada laboral entre mujeres y hombres en nuestro país, pero hoy ‘hoy la brecha salarial de generaciones es prácticamente nula’. existe, es curioso que tenga toda la importancia que creemos que tiene.

Otro dato sobre este tema es que la participación en nuestro país tiene mucho que ver con la segregación profesional, se puede concentrar en una profesión concreta, precisamente porque la proporción de mujeres es mucho mayor que la de otras, eso es lo que se dice. , en ocupaciones altamente femeninas. Pero también que, en comparación con mujeres y hombres que trabajan en la misma profesión, la paridad que desean o buscan se orienta hacia una mejor solución para las mujeres. Estos fenómenos –y en particular el primero– provocan la fuerte feminización de la participación comentada anteriormente.

Otro motivo que no se debe descubrir para lidiar con la parcialidad en nuestro país es la pareja de menores o familiares, que es el segundo motivo más recurrente (por eso no puedo cumplir con un trabajo en un día completo) para que la gente se declare así. contratados para empleo temporal. Más de 300.000 mujeres en España se encuentran en esta situación –el 20% de las mujeres que trabajan media jornada–. En cuanto a la participación de las personas, tienen cosas que hacer: (1) los hombres sólo están empleados en un 5% para las personas – del total de personas que trabajan a tiempo parcial para las personas -, y (2) Además, entre las madres, la principal razón para la parcialidad es la imposibilidad de encontrar trabajo en una jornada completa, prácticamente la misma por este motivo, por delante de un 22% que dice hacerlo por el cónyuge de hijos o familias.

Y este punto plantea una pregunta de gran relevancia: ¿cuál es la parcialidad de las personas voluntarias o involuntarias? Algunos resultados preliminares de este estudio resultan ser más efectivos que el segundo. De una encuesta creada ad hoc para esta investigación, se desprende que una gran proporción de mujeres trabajan una jornada completa si el Estado financia el contrato de un profesional para transportar más mercancías. El segundo resultado es que tres de cada cuatro mujeres revelan que una vez que no necesiten sus cuidados van a trabajar a tiempo completo.

En definitiva, atajar la parcialidad no deseada, aunque sea por cuidados, o bien sea por no poder encontrar trabajo en una jornada completa, es de gran urgencia si se quiere combatir la precariedad laboral y frenar la brecha generacional en nuestra país, siguiendo el ejemplo de algunos de nuestros países en los que esta medida de flexibilidad también beneficia a las personas que trabajan.

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By Roberto C. Coleman

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