Rafa Marín, central del Alavés vendido al Real Madrid. Hijo de Farito y Mari, una maestra sevillana de un millón de habitantes, Guadajoz. «Un lugar tranquilo para gente muy humilde, rodeado de naturaleza», describe el bucólico defensa, que el próximo Domingo cumplirá 22 años y que estos martes (21.30 horas, DAZN) espera debutar en el Bernabéu, en su casa de entrenamiento. Su número figura entre los aspirantes a inscribirse en algún momento en el club blanco cuando lleguen al Erasmus, que están camino de Vitoria como fijo de Luis García Plaza.
¿Es cierto que nuestros padres no quieren huir a Madrid? “La gente lo lee decía: ‘¿cómo no vas a querer?’. Pero es una situación complicada si nadie vive. Han pasado 14 años desde que tuvimos que deshacernos de un niño y confiarlo a una gran ciudad. Mi familia, que es muy humilde, siempre está en movimiento por la llegada de Sevilla. Y siempre estamos en estado de muy unidos”, afirma el zaguero, que se explica orgulloso de la casa de sus orígenes.
Mis padres siempre trabajaron en el campo, de ahí para afuera, e hicieron un gran sacrificio por mí.
“Cuando jugué con el equipo del barrio, en alevines, lo llevaba al Sevilla, a mi club, para armarme. Esto requiere un espacio muy grande para mi familia. Era una hora y otra vuelta, todos los días. Mi padre y mi madre están trabajando. Mi padre todavía está en el campamento, de ahí el ha ido saliendo. También en la escayola o el panadero. Mi madre tuvo un accidente, se chocó contra un árbol al caer mientras escalaba, resultó herida en el espacio y ahora está jubilada. Pero allí, gracias a estos viajes, puedo mostrarme y Sevilla me arregla para el niño de primer año», informó el centro durante un vídeo.
Rafa Marín llegó a Valdebebas en 2016 tras dos campañas en las categorías inferiores del Pizjuán. Innegociable para Raúl en el Castilla los dos últimos años, la no consecución del ascenso en la segunda parte le contrató definitivamente en la élite, siguiendo el protocolo del Madrid con los canteranos: ir primero ante los rivales en el Bernabéu. “Yo me sentí preparado. Tienes que descubrir el fútbol de Primera. Tienes que mejorar, mejorar tu salud mental y física, y si en un futuro lo llamas, aprovéchalo”, afirmó el central, que tiene alguna duda sobre la posibilidad de incorporarse al día siguiente en el equipo blanco. “Yo trabajo en el Real Madrid. Las cosas son así. Ahora me he ido al Alavés”, afirmó. Para Carlo Ancelotti, dijo este mes, «es una experiencia importante antes de regresar finalmente».
Hay que descubrir el fútbol de Primera. Ten en cuenta que si en un futuro llamas a Madrid, por favor llámame.
Durante el curso, su intendente quedó fascinado y el cambio de chip tuvo que ver con lo físico. El momento exacto no lo vida: “Llego a la pretemporada, in Benidorm, meto en la ducha, todos mis compañeros se quitan las camisetas, me miro y me digo: ‘Non, esto (su cuerpo) ne está acorde con lo que hay en el camerino. Por eso soy machaco o las cosas que me jactan de ser hombre de quien quiera. Hola, me ves un poco parecido a él. Se ha mejorado”, confiesa Marín. “Está con una nutricionista, que lo hace bien y mucho. Me gusta mucho mi dieta porque no es muy estricta. Cuando necesito pagar peso para estar en volumen, me gusta mucho más, aunque sea sano, con la cabeza. Tengo mi tabla y lo peso todo en crudo. Y también tiene muchas sesiones dobles. Últimamente me veo en el gimnasio otras veces. Lo mejoré y esto es lo que siguió. Los futbolistas superan todos a los deportistas”, afirmó el central del Alavés, de 1,91.
Más allá de lo que dicte el futuro inmediato, el central sabe que su carrera “va cuesta arriba”. En el mundo de la cuenca, está el Platón principal de una salvación amorosa con cuatro días de anticipación. “Podríamos decir que nos hemos sorprendido a nosotros mismos, pero luego viendo el equipo que tenemos de gente trabajadora, no. Él es quien tiene el secreto: el grupo. Las personas, no los futbolistas. Aquí es más grande que eso, la vista está ahí”, dijo el centro.
La clave del Alavés tiene la misma indumentaria; las personas, no los futbolistas. Fallas un pase y no te dicen nada
Reconozco que tengo bajo guardia el principio «yo entre los hombres», por lo que puedo encontrar «ropa distinta, jugadores adecuados para el primero», pero esta tendencia pronto desaparecerá. “Aquí fallas un pase y no te dicen nada. Al sueños, te animan”, puntualiza. También se trata de mantener el ritmo de la categoría. Y tras colocar una victoria simple o, también, un empate en casa. “Antes de empezar y ser feliz, pero estás aquí. Aquí es una fiesta”, anuncia.
Teniendo en cuenta nuestros objetivos personales y grupales este curso con el Alavés, ahora le toca no descuidarse para el sueño olímpico. “Pienso mucho en eso, no soy conformista”, cierra Rafa Marín.
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